"Me quedaré mientras eso te haga feliz, todo el tiempo que eso sea lo mejor para tí"

01 mayo, 2010

Un poco de magia


En una cama muy gastada por los años, Alex jugaba con un sucio antifaz. Nina le observaba desde el otro extremo del cuarto, con la mirada clavada en las manos inquietas de su hermano.
- Tengo hambre, Alex. Y miedo. Este sitio me aterra. No sé como puedes estar ahí, jugando con la basura. Es escalofriante.
- No es basura. Es un antifaz mágico.
- ¿Mágico? A mí me parece solo un viejo antifaz roto y sucio.
- Eso es lo que parece pero, Nina, te he dicho mil veces que las cosas no son siempre lo que parecen.
- Eso es lo que dices tú pero no te creo. La realidad es que tengo hambre y parecemos dos huérfanos hambrientos. Coinciden, como cada día.
Alex se incorpora y camina hacia su hermana. No es fácil para él escuchar a Nina. La inocencia se escapa a puñados de su alma y, aunque lo intenta, no puede impedirlo. Es tan solo una niña y ya ha llorado más que muchos ancianos en toda una vida. Pero él es el mayor y prometió que cuidaría de ella, se juró a sí mismo que salvaría a su hermana de la miseria y del dolor que él mismo sentía. Por eso tiende el antifaz hacia ella y lo pone entre sus pequeñas manos.
- Es mágico, Nina. En apariencia es un antifaz viejo y maloliente pero, en el rostro correcto, puede hacer del más cobarde un héroe. Con este antifaz puesto, nada es imposible.
- Si es tan mágico, ¿por qué no te lo pones tú?
- Porque te lo vas a poner tú, hermanita. Vas a ponerte este antifaz mágico y vamos a salir a buscar comida. Y no vas a tener miedo nunca más.

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